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U.S.A: "insufficient evidence" by Jean-Guy Allard THERE is insufficient evidence against international terrorist Luis Posada Carriles, according to what Caroline Willson, a U.S. envoy for legal affairs, has just affirmed in the United Nations, even though a U.S. immigration official stated two years ago that Posada was a threat to national security. On March 27, 2006, Robert E. Jolicoeur, the Miami, Florida field office director for Immigrations and Customs Enforcement, noted in a letter to Posada that he was not being released from custody because: "You have a history of engaging in criminal activity, associating with individuals involved in criminal activity, and participating in violent acts that indicate a disregard for the safety of the general public and a propensity for engaging in activities... that pose a risk to the national security of the United States. "Due to your long history of criminal activity and violence in which innocent civilians were killed, your release from detention would pose a danger to both the community and the national security of the United States," Jolicieur wrote. He noted the charges brought against the Cuban-born criminal in Caracas in relation to his participation in the sabotage of a Cuban airliner that killed 73 people in 1976; his arrest in Panama in 2000 for a plot to assassinate President Fidel Castro; his public admission to having organized a terrorist campaign against Havana tourist facilities in 1997, and his close relationship with other terrorists. However, this past week, in response to questions raised by Cuba and Venezuela in the UN, Willson said a few days ago that her country had followed proceedings "consistent with international law as well as our domestic legal framework," the EFE reported. "In democratic societies, a person cannot be tried or extradited if there is insufficient evidence that he or she committed the crime with which he or she is charged," Willson stated. She said that after Posada illegally entered the U.S. in 2005, an immigration judge authorized his deportation, but not to Venezuela or Cuba because "because it was more likely than not" that the former CIA agent and torturer for the Venezuelan secret police "would be tortured if he were so transferred." Willson also noted that her government has appealed a federal judge’s ruling that freed Posada from detention on immigration charges, repeating his defense lawyer’s claims of interpretation errors during an interrogation of the old criminal. José Pertierra, an attorney representing Venezuela, has indicated on several occasions that this appeal is just a maneuver by the White House to further postpone Posada’s case, even though there is legal recourse and abundant evidence to charge the former U.S. military officer and CIA agent as a terrorist. On March 18, Cuba and Venezuela presented a petition to the UN Security Council requesting Posada’s extradition from the United States. Last July, William Brownsfield, the outgoing U.S. ambassador in Venezuela, told the newspaper Panorama that his government had no intention of handing over Posada to the Venezuelan justice system. "Mr. Luis Posada Carriles poses no imminent danger to anybody," Brownsfield stated. The Venezuelan government has been waiting almost three years for a response to the extradition petition it submitted to the United States. Meanwhile, Posada, a self-confessed terrorist, torturer and murderer, has not been charged with terrorism in the United States, in violation of all the pertinent international agreements signed by Washington. Ironically, a few days before Brownsfield’s statement, Assistant Secretary of State Thomas Shannon told the Organization of American States (OAS) that the U.S. Justice Department was still investigating Posada. Months after that affirmation, nothing new has occurred in the case of the terrorist, who remains in Miami, conspiring more than ever with his longtime accomplices. |
Para EE.UU., "no hay suficientes pruebas" para extraditar a Posada por Jean-Guy Allard No hay pruebas suficientes en contra del terrorista internacional Luis Posada Carriles, acaba de afirmar en la ONU la encargada de asuntos legales de la misión estadounidense, Caroline Willson, cuando desde hace ya tres años un funcionario norteamericano de inmigración advirtió que era un peligro para la seguridad nacional. El 27 de marzo del 2006, el director para Miami del Servicio de Inmigración y Control de Aduana de Estados Unidos (ICE), Robert E. Jolicoeur, señalaba a Posada, en una carta, que se le negaba la libertad por su "largo historial de acciones criminales y violencia que implican a civiles inocentes". "Su liberación representaría un peligro tanto para la seguridad de la comunidad como de la nación'', declaraba Jolicieur, subrayando las acusaciones presentadas en Caracas por la participación de Posada en el atentado contra un avión cubano que costó la vida a 73 pasajeros en 1976; su arresto en Panamá, en el 2000, en conexión con un plan de atentado contra el líder cubano Fidel Castro; su admisión pública de haber organizado una campaña terrorista contra instalaciones turísticas de La Habana en 1997; y su estrecha relación con terroristas. Sin embargo, en respuesta a los planteamientos de Cuba y Venezuela, Willson señaló hace unos días con candor que su país "ha seguido cuidadosamente los procedimientos legales vigentes en el caso de Posada Carriles", según el reporte de EFE. "Como sucede en las democracias del mundo, una persona no puede ser procesada o extraditada si no hay suficientes pruebas de que cometió el delito de que se le acusa", afirmó. Repitió luego que el magistrado de inmigración que autorizó la deportación de Posada Carriles, tras su ingreso ilegal al país en 2005, impidió al mismo tiempo su entrega a Venezuela o Cuba "por temor" a que el ex agente de la CIA que fue torturador con la DISIP venezolana "sea torturado". Willson terminó utilizando el pretexto de que su Gobierno apeló la decisión de una jueza federal que liberó el año pasado por los delitos migratorios que se le imputaban, al reconocer de manera complaciente las afirmaciones de la defensa que alegó errores de un interprete durante un interrogatorio del viejo asesino.. José Pertierra, abogado de Venezuela, ha señalado en algunas oportunidades que esta apelación no es otra cosa que una maniobra dilatoria o esfuerzo de la Casa Blanca mientras existen recursos legales y numerosas evidencias para inculpar a Posada como terrorista. Cuba y Venezuela llevaron el 18 de marzo último, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su petición para que Estados Unidos extradite a Posada Carriles. En julio del año pasado, el Embajador saliente de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, en declaraciones al diario Panorama, había dejado claro que Estados Unidos no tenía intención alguna de poner a Posada a disposición de la justicia venezolana. “El señor Luis Posada Carriles no es ningún peligro inminente para nadie", había afirmado Brownsfield dejando confirmando que la Administración Bush no entregaría el terrorista internacional a la justicia venezolana. El gobierno venezolano espera respuesta, desde hace casi tres años, a su solicitud de extradición. Entretanto, Posada, torturador, asesino y terrorista confeso, no ha sido acusado de terrorismo en EE.UU. en violación de todos los convenios firmados por Washington en esa materia. Ironicamente, unos días antes del disparate de Brownfield, el Subsecretario de Estado Thomas Shannon aseguraba a la OEA que el Departamento norteamericano de Justicia todavía seguía con investigaciones acerca de Posada Carriles. Meses después de estas declaraciones, nada nuevo ha ocurrido en el caso del delincuente que sigue en Miami, conspirando más que nunca con sus cómplices de siempre. |
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