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U.S. Cynicism on the Topic of Terrorism by María Josefina Arce Governments change in the U.S. but their hostile policy towards Cuba remains unaltered. Again, the State Department has included the Caribbean island on the list of countries, that according to the U.S., sponsor international terrorism. This shameful list usually includes those countries whose actions are not to the liking of U.S. administrations or in line with US interests. Cuba has been included since 1982. Not by chance or just for fun, the list again includes Nicaragua, Venezuela and Bolivia, countries currently going through a profound socio-economic transformation process, with their people benefiting the most. Referring to the inclusion of Havana, Cuban Foreign Minister Bruno Rodriguez, reported that it is an unfair and deceitful act, an absolute act of hypocrisy since no country like Cuba has been a direct victim of terrorism, historically originated in the United States. It is not in Cuba but in the States where extreme right terrorist Cuban Americans, have precisely organized, funded and conducted hundreds of acts of terrorism against Cuba, and act with total impunity. Some three thousand Cubans have died and another one thousand have been disabled because of the criminal actions. However, Washington unilaterally draws up this list each year, an action that has been denounced by various governments as incompatible with international law and UN resolutions. The cynicism of the various U.S. governments on this issue is more than offensive. The U.S. judges others, while very well known and self-confessed criminals freely walk down the streets of Miami. That is the case of Orlando Bosch and Luis Posada Carriles, the masterminds of the midair bombing of a Cubana airliner with 73 people on board, among other deadly unfortunate events. In addition to allowing terrorists to wander through its territory at will, the United States is the country that imprisoned five Cuban antiterrorist fighters, imposing on them unjustified prison terms. Gerardo Hernandez, one of the Cuban Five, as they are internationally known, has been recently taken out of a solitary confinement or what the call ¨the hole¨ without receiving any single and justifiable explanation so far; a criminal measure applied just at a time when he is presenting his last legal appeal, which is the filing of a Habeas Corpus. Cuba has the moral right to demand its exclusion from that abominable list, drawn up at will and in line with the interests of the White House and which seeks to justify its hostile policy toward the Caribbean island.
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El cinismo de Estados Unidos en el tema del terrorismo por María Josefina Arce Los gobiernos cambian en Estados Unidos pero la política hostil hacia Cuba permanece inalterable. Nuevamente el Departamento de Estado ha incluido a la Mayor de las Antillas en la lista de países que, a su arbitrario juicio, patrocinan el terrorismo internacional. Desde 1982 Cuba es incluida en la lista, que para nadie es un secreto tiene matices enteramente políticos y que habitualmente incluye a los países cuyo accionar NO se acomoda a los intereses norteamericanos. No por gusto repiten en el listado Nicaragua, Venezuela y Bolivia, naciones en las que tienen lugar un proceso socioeconómico transformador, con el pueblo como mayor beneficiario. Al referirse a la inclusión de La Habana, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció que se trata de un acto injusto y mendaz, un acto de hipocresía, ya que no hay país que haya sido víctima, como Cuba, del terrorismo, originado históricamente en el territorio estadounidense. No es en Cuba, sino en Estados Unidos, donde actúa impunemente una mafia terrorista que ha organizado, financiado y realizado cientos de actos de terrorismo contra la isla. Unos tres MIL cubanos han muerto y otros dos MIL han quedado mutilados a causa de esas acciones criminales. Sin embargo, cada año Washington unilateralmente confecciona ese listado que, como han denunciado diversos gobiernos, es incompatible con el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU. El cinismo de los diversos gobiernos estadounidenses en este tema es más que ofensivo. Estados Unidos juzga a otros, mientras por su territorio caminan libremente por las calles de la ciudad de Miami conocidos criminales. Ese es el caso de Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, autores de la voladura en pleno vuelo de un avión cubano con 73 personas a bordo, entre otros hechos lamentables. Además de permitir que los terroristas se paseen a su albedrío por su territorio, Estados Unidos es el país que encarcela a cinco luchadores antiterroristas cubanos y les impone bárbaras e injustificadas penas de cárcel. Gerardo Hernández, uno de los Cinco Héroes, como se les conoce internacionalmente, acaba por demás, de salir de una celda de confinamiento y aún no ha sido explicado el motivo de esa medida, aplicada en el momento en que él agotaba su último recurso legal, que es la presentación de un habeas corpus. A Cuba le asiste todo el derecho y la razón de exigir su exclusión de esa lista, redactada al antojo y los intereses de la Casa Blanca y que busca justificar la política hostil hacia la Mayor de las Antillas. Sobre terroristas y C-4 por Carlos Fazio El 5 de agosto, en un nuevo acto de propaganda al servicio de su diplomacia de guerra, el Departamento de Estado difundió en Washington su reporte anual sobre la llamada lucha antiterrorista en el mundo. El informe reprobó a Venezuela, Bolivia y Cuba por su "falta de colaboración" y elogió a Colombia y México, países que al igual que Estados Unidos practican el terrorismo de Estado. A saber, la tortura sistemática, las ejecuciones sumarias extrajudiciales, la desaparición forzosa de personas, el paramilitarismo, los falsos positivos y la tercerización de matanzas selectivas como actos de violencia reguladora burocrática del tipo de las tropas de asalto nazis. La intención política-ideológica del mensaje mediático propalado por el despacho de la señora Clinton es obvia. No tiene nada que ver con el combate al terrorismo sino con las guerras asimétricas encubiertas del Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y la implantación de matrices de opinión que, en el marco de operaciones sicológicas de masas, buscan fijar una agenda política e informativa vía noticias intoxicadas y temas seleccionados y jerarquizados, que repetidos hasta el cansancio lleguen a ser creídos y hasta defendidos. Con Barack Obama en la Casa Blanca persiste y se reproduce la visión conductista, neodarwinista y autista de la administración Bush, pródiga en la generación de violencia y caos urbi et orbi. Sobran ejemplos que permiten calificar de mendaz e hipócrita el reporte del Departamento de Estado. Uno, por su cercanía, vuelve a exhibir el doble rasero de Washington. Nos referimos al caso Francisco Chávez Abarca, el terrorista salvadoreño detenido en Venezuela el 1º de julio pasado, cuando intentaba ingresar en el país con un pasaporte guatemalteco falso. Circulado en Interpol con "código rojo" y jefe en su país de la banda Los Profesionales (que según la Policía Nacional salvadoreña es "una de las principales estructuras del crimen organizado en el ámbito nacional e internacional"), Chávez Abarca es cómplice del criminal internacional confeso Luis Posadas Carriles, autor intelectual de la voladura de la nave de Cubana de Aviación sobre Barbados en 1976, con saldo de 73 civiles muertos. Condenado por ese hecho en Venezuela, de donde se fugó en 1985, Posada Carriles anda suelto en Miami, Florida, tras ser indultado en 2004 por la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, luego del intento de asesinato, mediante explosivos, del presidente cubano Fidel Castro, en el marco de la X Cumbre Iberoamericana, en noviembre de 2000. En julio de 2005, con base en leyes internacionales; la Convención de Montreal de Actos Ilícitos contra la Aviación Civil y la Protección de Pasajeros, y la Convención Internacional contra Actos Terroristas Cometidos con el Uso de Bombas, Venezuela pidió formalmente a Estados Unidos la extradición de Posadas Carriles, pero gracias a la protección del clan Bush, la CIA, el Departamento de Justicia y la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), el criminal sigue apacible desde su casa el juicio que, por mentir a las autoridades migratorias, le sigue la jueza Kathleen Cardone, de El Paso, Texas, a pesar de los datos que posee la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), que permitirían condenarlo por asesinato múltiple y terrorismo. Sobre Chávez Abarca cabe consignar que antes de ser deportado a Cuba, donde en 1997 organizó y participó en una serie de atentados con explosivo plástico C-4 contra infraestructura turística de La Habana y Varadero, que ocasionaron la muerte del joven italiano Fabio di Celmo y cuantiosos daños materiales, confesó frente a las cámaras de TeleSur que había recibido instrucciones de Posadas Carriles, a través del guatemalteco Daniel Barrundia (también vinculado a la FNCA), para perpetrar acciones conspirativas y de desestabilización en Venezuela, en vísperas de las elecciones parlamentarias de septiembre próximo. Según el ministro del Interior venezolano, Tareck El Aissami, su misión era cometer actos terroristas en complicidad con "sectores de la contrarrevolución fascista" interna, para generar miedo y caos entre la población. Ahora que se pusieron de moda en México los coches-bomba y el explosivo C-4 –lo que ha permitido a Estados Unidos incorporar en la agenda mediática el "narcoterrorismo" de los cárteles mexicanos y una respuesta militar intrusiva del Pentágono y la CIA contra esa "mafia-insurgente" (Edgardo Buscaglia dixit)–, conviene recordar que Chávez Abarca y Posadas Carriles están ligados a la mafia anticastrista de Miami. En particular, a la Fundación Nacional Cubano Americana, aquella que alimentara los egos de Vicente Fox y Jorge G. Castañeda y algunos negocios inconfesables en el sexenio pasado. Igual que en México, donde los ahora llamados "narcoterroristas" han penetrado los círculos del Estado, la política, la banca y las grandes empresas, Posada Carriles y su pupilo Chávez Abarca han contado con nexos protectores en la clase político-empresarial estadunidense, particularmente entre congresistas y magnates de origen cubano. La ruta del dinero conduce, entre otros, a los legisladores republicanos por Nueva Jersey, Robert Bob Menéndez y Albio Sires, quienes ahora deben estar intranquilos por la deportación del sicario de Posadas a Cuba. A Chávez Abarca le consta que Menéndez y Sires estuvieron muy vinculados con el ex presidente de la FNCA, Arnaldo Monzón Plasencia, y el millonario de la industria de la salud Abel Hernández, quienes financiaron los actos terroristas contra Cuba en 1997 y el intento de magnicidio frustrado, ese año, contra Fidel Castro en isla Margarita, Venezuela, durante la séptima Cumbre de Presidentes de Iberoamérica. Ah, por cierto, el 24 de mayo de 1997, Chávez Abarca estaba en México cuando estalló una bomba en la sede de la corporación Cubanacán en el Distrito Federal…
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