24 de febrero de 2009
Tomado de Prensa Latina

La Habana, 21 feb (PL) Imperio del terror, investigación de Alejandro Castro Espín sobre dos siglos de hegemonía de la élite mas poderosa estadounidense se presentó hoy aquí al cierre de la penúltima jornada de la Feria Internacional del Libro.

El texto, en opinión de Jorge Hernández, director del Centro de Estudios sobre Estados Unidos, constituye un análisis profundo y bien documentado sobre el poder de quienes en función de sus intereses, usurpan el mandato del pueblo estadounidense.

Según el autor de la obra, constituye un imperativo para la comunidad internacional el estudio crítico y la denuncia contundente del ideario en el que sustenta Estados Unidos su Doctrina de Seguridad Nacional que conforman un articulado instrumento de imposición hegemónica.

El investigador desnuda con sólidas evidencias las élites oligárquicas que detentan el poder real en la única superpotencia mundial, con un colosal poderío que supera con creces el de todos los imperios que la precedieron en la historia.

Resaltó que tal propósito hegemónico cobra mayor importancia en el presente, cuando círculos de poder estadounidenses pretenden imponer a la humanidad un orden socioeconómico, político-ideológico, tecnológico y militar, alineado exclusivamente a los intereses de su clase dominante.

Para lograr manipular a la opinión pública de ese país y del ámbito internacional, en función de legitimar sus propósitos estratégicos, se valen de falacias e impúdicos pretextos, indicó.

Destacó también como ese ideario de imposición mundial tuvo su génesis en los mismos orígenes de la nación estadounidense, adecuándose a cada período histórico concreto de esa sociedad, en cuanto a políticas, tácticas, métodos y medios empleados por la clase dominante para alcanzar sus propósitos.

Explicó que la política de terror que desarrolla el poder estadounidense tiene su origen en los planes desarrollado para destruir la Revolución Cubana.

El también Máster en Relaciones Internacionales al abordar los trágicos sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos se preguntó a quienes realmente beneficiaba y las razones por las cuales no alertaron oportunamente al pueblo norteamericano cuando tenían evidencias.

Por eso –resaltó- un capítulo de mi libro se titula parafraseando a Gabriel García Márquez, Crónica de un ataque anunciado, pues revelaciones permiten conformar una presunta cronología de la información de inteligencia que indican una alta probabilidad del ataque.

Resaltó el plan de pretextos de Estados Unidos para justificar una intervención militar en Cuba, conocido como la Operación Northwood, que elaboró la Junta de Jefes del Estado Mayor Conjunto y fue enviado al Secretario de Defensa el 13 de marzo de 1962 como Secreto Máximo.

Entre tales incidente para establecer un ataque a este país se proponía autoderribar un avión estadounidense cargado de estudiantes mientras sobrevolaba el territorio de esta isla, entre otros atroces pretextos recogidos en el libro.

Castro cuestionó la urdimbre de legalidades e ilegalidades en torno a la protección del criminal confeso Luis Posada Carriles, al que calificó de “personaje siniestro y macabro, maestro de terrorismo a Bin Laden”

Indicó la represalia del gobierno de esa nación contra cinco héroes cubanos a los que mantiene sometidos a rigurosa prisión de manera injusta y como tales prisioneros se habían convertido en banderas por un mundo libre de terrorismo.

El libro da respuestas en cinco capítulos a muchas interrogantes para los cuales el autor contrasta verdades históricas de dos siglos de ínfulas hegemónicas de Estados Unidos.