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by Jean-Guy Allard As a result of the scandalous tolerance shown by U.S. authorities toward anti-Cuban terrorism, a bombing during the early morning hours of April 27 destroyed the offices of Airline Brokers in Coral Gables, Florida, one of eight companies with licenses to organize trips to Cuba. The attack created an intense fire which left the recently renovated office pulverized, in ashes, according to the owner, Vivian Mannerud, who reported that she had not received any communication from the perpetrators. The terrorist attack occurred just hours after the widow of Orlando Bosch publicly called for commemoration of his death in Miami one year ago. Bosch was head, for over a decade, of CORU, the most dangerous anti-Cuban terrorist group supported by the CIA (United Revolutionary Organizations Coordination). Law enforcement officials told El Nuevo Herald that the fire was "deliberate." They declined further comment, and asked for anonymity because they were not authorized to comment on the case. According to local press reports, Deborah Cox, spokesperson for the State Fire Marshal's office, said that the cause of the fire was being investigated by the FBI, the Alcohol, Tobacco and Firearms Bureau and the Coral Gables Fire Department. Vivian Mannerud, proprietor and executive president of Airline Brokers, confirmed that investigators had not, as yet, given her any information about the cause of the fire. It is publicly known in South Florida that local judicial authorities and notably the FBI, not only neglect to investigate Cuban-American terrorists, but in fact protect them, to the point of arresting, prosecuting and imprisoning the Cuban Five who had infiltrated their ranks. Adriana Bosch spoke over the airwaves on Radio Mambí announcing that on April 28th a "tribute" to Orlando Bosch would take place "on the occasion of the first anniversary of his death." Bosch’s widow was accompanied by Antonio Esquivel, President of the Junta Patriótica Cubana, which sponsored the event. February 17, 2006, Antonio Esquivel, along with other gang leaders and terrorists, such as Tony Calatayud, from the Cuban National Congress (CNC); Rodolfo Frómeta, from Comandos F-4, and Alpha 66 military commanders announced the creation of a committee to "bring down with bombs" the Cuban Revolution. In the 1970’s and 80’s, there were dozens of bombings in the Miami area by different bands of anti-Cuban terrorists who unleashed a veritable war. In the 1960’s, the CIA created a ‘station’ in Miami with a multi-million dollar budget to create these groups which redoubled their efforts within Cuban territory. The agency trained terrorists who not only attacked targets in Cuba but in other Latin American countries as well. Luis Posada Carriles, CIA agent and co-author with Bosch of the 1973 in-flight bombing of a Cuban airliner which killed all passengers aboard, is the most well-known of this group, currently living a quiet life in Miami. He is a chemical explosive specialist who has never renounced his terrorist practice and has boasted, on several occasions, of his excellent relations with the FBI. What connection might he, or his friends, have to this attack? Read more: |
por Jean-Guy Allard Si se podía prever que el FBI iba a dilatar su investigación sobre el atentado contra la agencia de viajes Airline Brokers, ocurrida el día del aniversario de la muerte del terrorista Orlando Bosch, podría sorprender que la congresista Ileana Ros-Lehtinen, conocida por su histeria, no dijo ni una palabra sobre el tema; salvo si se considera que está tan ligada al terrorismo contra Cuba que se ganó un escaño en Washington gracias a Bosch y aceptó presidir un comité de apoyo a Luis Posada Carriles. El silencio del Buró Federal de Investigaciones (FBI) no tiene por qué sorprender. El FBI del sur de la Florida tiene una larga tradición de colaboración con la mafia cubanoamericana ilustrada por su agente de elite George Kyszinski - quien entregó a Posada Carriles, el 24 de marzo de 1986, el informe secreto de una investigación sobre sus actividades de narcotraficante en El Salvador-, además de la destrucción en agosto del 2003 del expediente de ese mismo personaje, guardado en la caja fuerte del FBI de Miami, cuando la justicia panameña se lo reclamaba. Los terroristas de Miami “no son una prioridad” para el FBI, afirmaba hace unos años Judy Orihuela, portavoz del FBI en Miami, en una entrevista publicada por el Sun-Sentinel, y todo indica que el actual jefe de la oficina local, John Gillies, nacido en Chicago, la ciudad del mítico gángster Al Capone, se alineó con esa misma orientación. NADA apareció en la prensa local que pudiera indicar alguna evolución de la investigación de la policía federal en este caso de terrorismo dirigido contra Airline Brokers, una empresa que contrató la Arquidiócesis de Miami para el transporte de 300 personas del sur de la Florida a la Isla a finales de marzo, para la visita papal a Cuba. Más sospechoso aún, en el caso de este incendio fulgurante que transformó las oficinas de la firma en ceniza en cuestión de minutos, aunque se dijo que había sido deliberado y que los perros adiestrados detectaron olor a combustible, ningún órgano de prensa hizo referencia a un acto de terrorismo. Ni se pronunció una palabra, de la misma forma que en Miami no se reconoce el pasado terrorista de Posada Carriles, un agente de la CIA protegido desde las más altas esferas de Washington por elementos mafiosos asociados a los servicios de Inteligencia. En cuanto a la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen, eminencia del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, su relación sulfurosa con la mafia terrorista cubanoamericana la condena a callarse la boca. Ileana Ros-Lehtinen fue la más ruidosa partidaria de la liberación de Orlando Bosch en 1989, cuando el pediatra asesino, después de comprar su liberación en Venezuela, fue encerrado en las celdas de los servicios de inmigración. Con la asesoría de Otto Reich, usó a fondo la campaña a favor del terrorista más peligroso del continente para lograr su elección ese mismo año al Capitolio. Ros-Lehtinen también ha defendido al terrorista Valentín Hernández, condenado por asesinar a otro delincuente, Luciano Nieves, de la misma forma que reclama la liberación de Eduardo Arocena, jefe del grupo Omega 7, autor de numerosos asesinatos y atentados. Pero lo más escandaloso de todo es ciertamente que es “presidenta de honor” del “Fondo Legal Luis Posada Carriles” que permite al terrorista rodearse de los más famosos abogados mafiosos de Miami. Ros Lehtinen es la politiquera que juró inscribir a Venezuela en la lista de “países patrocinadores del terrorismo” del Departamento de Estado, a pesar de su vinculación con Alejandro Peña Esclusa, líder fascista enjuiciado por terrorismo en Caracas, y con varios terroristas venezolanos, entre los cuales figuran José Colina -asilado en Miami con la complacencia del Departamento de Estado-, y Raúl Díaz Peña -condenado por ataques con explosivo C-4 a dos embajadas en el 2003. ¡Qué casualidad!: El municipio de Miami donde ocurrió la agresión contra la empresa que ofrece transporte aéreo hacia Cuba a los cubanoamericanos deseosos de viajar a la tierra que los vio nacer, tiene como alcalde desde el año pasado a James Cason, un ex jefe de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana. Leer más:
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