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Comité Nacional por la Libertad de los Cinco Cubanos

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Here is the evidence!

by Jean-Guy Allard
May 11, 2007
Reprinted from Granma Internacional

While the Bush administration has validated the scandalous freeing of Luis Posada Carriles, Cuba has made public a large body of evidence that confirms this CIA agent’s total responsibility for the series of bomb attacks starting April 12, 1997 that sowed terror in Havana.

While a grand jury in Newark, New Jersey is still laboriously studying just one part of the a veritable collection of elements demonstrating Posada’s implication in that terror campaign, components used for making bombs and accessories for smuggling more than 60 kilos of C-4 into Cuba have gone on display in the International Press Center lobby on 23rd Street between N and O, in downtown Havana.

From the television inside which Salvadoran Raúl Ernesto Cruz León smuggled the explosives that resulted in the death of Italian tourist Fabio di Celma on September 4, 1997, to one of the submachine guns bought by Santiago Alvarez at a Miami Police Supply stand, which turned up in Cayo Jutía in the hands of an infiltrated terrorist, everything in the exhibition points to Luis Posada Carriles, who has just bee set free by the Bush clan.

Here is the evidence, from the bomb components found on Cruz León, trained for his death mission by Francisco Antonio "El Panzón" Chávez Abarca, Posada’s right-hand man, to the "C-4 shoes" given by Posada himself to Otto René Rodríguez Llerena, who he personally recruited in the Rincón Italian restaurant on Torriente Street in San Salvador.

An initiative of the Ministry of the Interior, the exhibition amply illustrates with a large volume of evidence the degree of Luis Posada Carriles’ participation in every phase of the conspiracy, planned and funded by the paramilitary wing of the Cuban-American National Foundation, under directions from the CIA and with the complacency of the FBI.

The exhibition Posada, the CIA and His Allies: 40 Years of Terror evidences how various terrorists recruited and contracted by this Bush agent have been sent to Cuba with all the necessary material for the execution of bomb attacks.

Accompanied by Ministry of the Interior specialists, a number of whom have concretely investigated this campaign of terror, the exhibition has been seen by relatives of the victims of terrorism and family members of the five Cuban anti-terrorists who are still incarcerated in the United States for having penetrated the Maimi Mafiosi network.

Photo Gallery

     

¡Aquí están las pruebas!

por Jean-Guy Allard
10 de mayo de 2007
Reimprimado de Granma Internacional

Mintras la Administración de Bush valida la escandalosa liberación de Luis Posada Carriles, en Cuba han sido presentadas al público decenas de evidencias que comprueban la total responsabilidad de este agente de la CIA en la serie de atentados que sembraron el terror en La Habana a partir del 12 de abril de 1997.

Cuando en Newark, New Jersey, un Gran Jurado sigue estudiando, laboriosamente, un sólo fragmento de la verdadera colección de elementos que demuestran la implicación de Posada en esa campaña asesina, componentes utilizados para la fabricación de bombas y accesorios escogidos para la introducción clandestina en Cuba de más de 60 kilos de C-4 se alínean en el lobby del Centro de Prensa Internacional, Calle 23, entre N y O, en plena Rampa habanera.

Desde el televisor en el cual el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León introdujo en la Isla los explosivos que provocaron, el 4 de septiembre de 1997, la muerte del joven turista italiano Fabio di Celmo, hasta una de las ametralladoras compradas por Santiago Alvarez en un stand de la Miami Police Supply y reaparecida en Cayo Jutía entre las manos de un terrorista infiltrado, todo en la muestra apunta hacia Luis Posada Carriles,a quien el clan Bush acaba de liberar.

Aquí están las pruebas, desde los componentes de bombas encontrados con Cruz León, preparado para su misión de muerte por Francisco Antonio “El Panzón” Chávez Abarca, el hombre de confianza de Posada, hasta los “zapatos de C-4” entregados por el propio Posada a Otto René Rodríguez Llerena, a quien había reclutado personalmente en el restaurante Rincón Italiano de la calle Torriente, en San Salvador.

Iniciativa del Ministerio del Interior, la exposición ilustra con profusión de pruebas materiales hasta qué punto Luis Posada Carriles ha participado en cada fase de la conspiración orientada y financiada por los directivos del Comité Paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana, con la orientación de la CIA y la complacencia del FBI.

La exposición Posada, la CIA y sus aliados: cuatro décadas de terror, muestra con decenas de pruebas materiales cómo varios terroristas reclutados y contratados por este agente de los Bush, han sido enviados en Cuba con todo el material necesario para la ejecución de atentados con bombas.

Acompañada por especialistas del Ministerio del Interior, varios de los cuales han investigado concretamente esta campaña de terror, la exposición ha sido mostrada en presencia de familiares de víctimas del terrorismo y de Los Cinco combatientes antiterroristas cubanos que siguen encarcelados por Bush por haber penetrado la red mafiosa de Miami.

Galería de imágenes

 

 

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