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El Salvador: The Imprint of Posada Carriles

by Guillermo Alvarado
May 21, 2007
Reprinted from Prensa Latina

San Salvador, May 21 (Prensa Latina) The parliamentary bloc of the FMLN (Farabundo Marti National Liberation Front) has tried twice to pass a bill to prevent a possible return of terrorist Luis Posada Carriles to El Salvador.Argentine Deputy Slams Freeing Posada

On both occasions, strong opposition from the governing ARENA (Republican Nationalist Alliance) has prevented the bill from being submitted to the Legislative Assembly and becoming a biding document.

The ARENA lawmakers claim that President Antonio Saca has verbally expressed his commitment to denying shelter to Posada Carriles on Salvadorian territory.

However, lawmakers, political leaders, common citizens and San Salvador Mayor Violeta Mejivar herself have expressed concern about the possibility that Posada Carriles may seek protection in El Salvador again.

The truth is that those fears are not groundless, considering the deep imprint Posada Carriles has left in this country over the past 22 years, a period during which he had collaborators, established structures and received official and nonofficial support for his actions.

He himself acknowledged that in statements to the newspaper La Prensa Grafica while he was in prison in Panama, where he said that El Salvador was his second homeland and expressed his wish to live in this country.

After escaping from a Venezuelan prison in 1985, the FMLN detected Posada Carriles in the air base of Ilopango, where he occupied a section of the airport, Jose Luis Merino, aka Commander Ramiro Vasquez, told Prensa Latina.

He added that Posada Carriles traveled to El Salvador to organize a cocaine corridor from South America to the United States, with support from the local Air Force.

Those operations, which were commanded by Oliver North and involved citizens recruited in El Salvador, Honduras and Guatemala, were later known as the Iran-Contras scandal or Irangate.

During that period, Posada Carriles got acquainted with Mario Acosta, who was the Interior minister during the governments of Armando Calderón Sol and Francisco Flores. It was Acosta that rejected Cuba"s humanitarian aid when Hurricane Mitch devastated El Salvador.

Acosta"s wife, Ana Maria Rodriguez Llerena, is the cousin of Otto Rene Rodriguez Llerena, who was recruited by Posada Carriles to carry out terrorist actions in Havana, where he was arrested and tried.

That variety of contacts, and many others, allowed Posada Carriles to create a network to recruit mercenaries in this country, in Honduras and in Guatemala to carry out terrorist actions in Cuba and other countries in the region.

From that network is Raul Cruz Leon, who confessed to carrying out bomb attacks on tourist facilities in Havana, as a result of which young Italian tourist Fabio di Celmo was killed.

In 1997, Posada Carriles recruited Guatemalan citizens Jorge Venancio Ruiz and Marlon Antonio Gonzalez Estrada, who planted a bomb in Varadero"s Sol Palmera Hotel, run by the Spanish chain Melia, and set two other explosive devices that were found before exploding.

In March 1998, Guatemalan citizens Maria Elena Gonzalez, Nader Kamal Musalam Barakat - aka Miguel Abraham Herrera Morales - and Jazid Ivan Fernandez Mendoza, were arrested as they tried to introduce explosive in Cuba.

     

El Salvador: La huella de Posada Carriles

por Guillermo Alvarado
21 de mayo de 2007
Reimprimado de Prensa Latina

San Salvador, 21 may (PL) Dos veces ha intentado hasta hoy el bloque parlamentario del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) introducir una iniciativa para impedir un eventual ingreso a El Salvador del terrorista Luis Posada Carriles.

La férrea oposición de la gubernamental Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) evitó en ambas ocasiones que el proyecto se conociera en la plenaria de la Asamblea Legislativa y se convirtiese en un instrumento de fuerza legal.

Alegan los diputados oficialistas que ya el presidente Antonio Saca expresó verbalmente el compromiso de negar la entrada de terroristas a suelo salvadoreño.

Sin embargo, diputados, dirigentes políticos, ciudadanos comunes y corrientes y la misma alcaldesa de la capital de este país, Violeta Mejívar, expresaron su preocupación porque Posada Carriles pudiese buscar refugio una vez más en el denominado "Pulgarcito centroamericano".

¿A qué obedecen tantas señales de alarma encendidas desde que se conoció la posibilidad de una liberación de ese terrorista en Estados Unidos, y reafirmadas una vez se consumó este acto con el amparo del presidente George W. Bush? La verdad es que no son gratuitos estos temores, habida cuenta de la larga huella dejada aquí por Posada Carriles en los últimos 22 años, durante los cuales tuvo colaboradores, montó estructuras y recibió apoyo oficial y extraoficial.

El mismo lo reconoció así en declaraciones al diario La Prensa Gráfica cuando guardaba prisión en Panamá, desde donde proclamó a El Salvador como su segunda patria y expresó su deseo de vivir en esta nación sus últimos años.

“Yo tuve amigos, tuve afecto, tuve amor y tuve cariño. Es un país al que yo amo”, aseguró en 2003.

Amigos, quien sabe, pero gente comprometida por múltiples razones para darle ayuda sí que encontró desde su arribo en 1985, recién fugado de una cárcel de Venezuela donde purgaba condena por el derribo de un avión cubano y la muerte de sus 73 ocupantes.

El FMLN lo detectó ese mismo año en la base aérea de Ilopango, donde tenía para él una sección del aeropuerto, recuerda José Luis Merino en conversación con Prensa Latina.

El también conocido como Comandante Ramiro Vásquez señala que Posada Carriles llegó a El Salvador con el encargo de organizar el paso de cocaína de Sudamérica hacia Estados Unidos, utilizando para ello a la Fuerza Aérea nacional.

Los aparatos volvían del país del norte cargados con armas para la contrarrevolución nicaragüense, las cuales se compraban con el dinero recaudado de la venta de la droga en ciudades como San Francisco y Los Ángeles.

Se trataba de las operaciones comandadas por Oliver North después conocidas como Iran-Contras o Irangate, y en las cuales estaban involucrados ciudadanos reclutados en El Salvador, Honduras y Guatemala.

No resulta casual que precisamente estos países sean los que mayores problemas tienen en la actualidad con la acción de carteles del narcotráfico y grupos del crimen organizado.

“Yo creo que Centroamérica está pagando los costos de estas acciones porque esas redes se construyeron con policías, oficiales del ejército, soldados, con personas que quedaron habituadas al manejo de volúmenes gigantescos de dinero”, señaló Merino.

Toda esa maquinaria montada hace 20 años sigue activa, ahora utilizando de manera clandestina las estructuras creadas en aquel momento, dijo.

Durante estas andanzas, Posada se vinculó con Mario Acosta, ministro del Interior de los gobiernos de Armando Calderón Sol y Francisco Flores. El mismo, por cierto, que rechazó la ayuda cubana cuando el huracán Mitch devastó a El Salvador.

La relación con Acosta era vital para el terrorista, pues aparte de la cobertura policial a sus actividades, éste es propietario de la finca Santa Matilde –ahora denominada San Carlos- en el poblado de Concepción de Ataco, del departamento de Ahuachapán. Estratégicamente ubicada a 10 kilómetros de la frontera con Guatemala, era uno de los lugares donde Posada Carriles solía pasar bastante tiempo.

Un pequeño camino transitable para vehículos rurales lo colocaba en 30 minutos en el vecino país por un lugar donde no hay controles aduanales ni migratorios y colinda con un amplio territorio del departamento de Jutiapa controlado por el narcotráfico.

La esposa de Mario Acosta, Ana María Rodríguez Llerena, es prima hermana de Otto René Rodríguez Llerena, reclutado por Posada Carriles para realizar acciones terroristas en la ciudad de La Habana, arrestado y juzgado en Cuba.

“Nosotros no descartamos que Posada Carriles haya estado escondido en esa finca después de su liberación en Panamá y su breve tránsito en Honduras”, señaló el Comandante Ramiro Vásquez.

Concepción de Ataco es un pequeño y pintoresco poblado, cuyos habitantes están desarrollando el turismo ecológico como alternativa al desplome del precio del café.

Por su ubicación geográfica, la filiación política derechista de sus autoridades y el apoyo que Mario Acosta siempre le ha brindado, no resulta descabellado pensar que el terrorista Posada Carriles intentase de nuevo volver allí.

Durante los años que operó desde El Salvador, el terrorista Luis Posada Carriles tejió una red de colaboradores y creó estructuras para desarrollar sus criminales acciones contra Cuba y otros pueblos de la región.

Este abanico de relaciones incluye a conocidos personajes, como Ramón Sanfeliú Mayoral, empresario de origen español gerente de los talleres Moldtrok, y con la esposa de éste, Martha de Sanfeliú.

Según el anuncio en las páginas amarillas del directorio telefónico salvadoreño, el Taller Moldtrok, ubicado en la 25 avenida sur de la capital, se dedica a la reparación de vehículos automotrices y bombas de agua.

Curiosamente el lugar está custodiado por guardias profesionales bien armados, que –según pudimos constatar- se acercan ante cualquier movimiento o personal extraño en sus alrededores.

La razón de tanta precaución quizás se deba a que, además de sus servicios mecánicos, el lugar ha sido sede de transacciones ilegales para importar armas y municiones, instigadas por el propio Posada Carriles.

Ramón Sanfeliú estuvo a punto de ir a la cárcel al detectarse la importación fraudulenta de 380 mil cartuchos presuntamente dirigidos a la Academia Nacional de Seguridad Pública.

Estos pertrechos fueron comprados a la firma Astra, de la Comunidad Autónoma Vasca, y embarcados en un contenedor hacia Centroamérica con destino a Talleres Moldtrok.

La carga entró a Guatemala por el puerto de Santo Tomás de Castilla, en el Atlántico, y de allí transportada por tierra hacia El Salvador, donde fue descubierto su verdadero contenido.

Detrás de toda la negociación estaba Luis Posada Carriles y medios de prensa locales estiman que la exculpación de Sanfeliú obedece a la intención de impedir que se conozcan otros detalles de estas operaciones.

Otra amistad importante de Posada Carriles en El Salvador, y de hecho al único que éste ha reconocido públicamente como tal, es Guillermo Sol Bang, dueño de la cadena de supermercados “Del Sol” y ex presidente de la Comisión Energética del Río Lempa.

Toda esta variedad de contactos, y otros más, le permitieron crear una red por medio de la cual reclutó mercenarios en este país, en Honduras y en Guatemala, para llevar a cabo actos terroristas contra Cuba y otros países de la región.

De allí salió, por ejemplo, Raúl Cruz León, el confeso autor de ataques con bombas en varias instalaciones turísticas de La Habana, en una de las cuales falleció el joven turista italiano Fabio di Celmo.

En 1997 reclutó a los guatemaltecos Jorge Venancio Ruiz y Marlon Antonio González Estrada, quienes colocaron una bomba en el hotel Sol Palmeras de la cadena Meliá, en Varadero, y dejaron dos artefactos preparados y que fueron descubiertos sin explotar.

En marzo de 1998 fueron detenidos los guatemaltecos María Elena González, Nader Kamal Musalam Barakat -conocido también como Miguel Abraham Herrera Morales- y Jazid Iván Fernández Mendoza, cuando intentaban introducir explosivos en Cuba.

En el año 1990 Posada Carriles fue atacado a tiros en la capital guatemalteca y, moribundo, uno de sus hombres de El Salvador lo llevó en avión hacia la base estadounidense en Palmerola, Honduras, donde le salvaron la vida.

Quizás fue durante su recuperación que aprendió a pintar, dice el Comandante Ramiro Vásquez, afición de la cual dan prueba cuadros colgados en las paredes de mansiones salvadoreñas, los cuales tienen como motivo común una carreta en sus más diversas versiones.

Es muy probable que en la compra y venta de sus pinturas varios oligarcas encontrasen el pretexto para financiar sus actividades terroristas sin llamar la atención.

Hacia 1994 Posada Carriles recibe otro regalo inapreciable de sus amistades aquí, quienes lo dotan de una nueva personalidad, con registro de nacimiento, documento único de identidad y pasaporte.

Así, en los libros de la alcaldía de Tecapán, municipio del oriental departamento de Usulután, está aún registrado el falso nacimiento de Franco Rodríguez Mena, el mismo nombre con el que fue detenido en noviembre de 2000 en Panamá.

Su obsesión por asesinar al presidente Fidel Castro lo llevó a prisión en ese país, junto a sus cómplices Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampoll.

Posada Carriles salió de la ciudad de San Salvador desde un lujoso apartamento ubicado al lado mismo de la entrada al Maya Country Club en la carretera que conduce a Santa Tecla. Este, que sería su último reducto conocido en el país, está en una zona muy vigilada, a escasos 100 metros del Banco Cuscatlán y a cinco minutos en automóvil de la embajada de Estados Unidos.

Cuando fue capturado, la estructura que montó se sumergió, pero no se desactivó y seguramente está vinculada a los ataques en la prensa y de otra naturaleza contra Cuba, opina Ramiro Vásquez.

“Tenemos información de que al ser liberado en Panamá pudo haber estado aquí, en la finca esa de la frontera (Santa Matilde, propiedad de Mario Acosta) y desde allí habría partido en su viaje hacia Estados Unidos”, asegura Vásquez.

Sobre la eventualidad de que intente refugiarse de nuevo en esta nación al hacerse imposible su permanencia en Estados Unidos, las opiniones no difieren mucho.

La doctora Violeta Mejívar, alcaldesa de San Salvador, aseguró que “nos preocupa saber que en nuestro país hay amigos suyos dispuestos a brindarle apoyo, aunque ahora esto se quiera negar, sabemos que aquí se le ayudó en el pasado”.

Según Orestes Ortéz, del Secretariado Ejecutivo del FMLN, no tendría nada de extraño que le abrieran las puertas a Posada Carriles y recordó que el gobierno de Antonio Saca es el único en acompañar a George Bush en la agresión contra el pueblo de Iraq.

Finalmente, Ramiro Vásquez recordó que “los aliados de él, dentro y fuera del gobierno, siguen siendo poderosos en El Salvador y tienen la capacidad para protegerlo y albergarlo”.

 

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