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Statement from the revolutionary government of Cuba
Apr. 20, 2007 Cuba condemns the shameful decision to release terrorist Luis Posada Carriles and points to the United States government as the only one responsible for this cruel and despicable action, which seeks to buy the terrorist’s silence regarding his crimes in the service of the CIA, particularly during the time when Bush Sr. was that agency’s general director. With this decision, the U.S. government has ignored the clamor that has arisen throughout the world, including in the United States, against the impunity and political manipulation involved in this action. This decision is an insult to the people of Cuba and other nations who lost 73 of their sons and daughters in the abominable 1976 attack that brought down a Cubana de Aviación civilian airliner off the coast of Barbados. This decision is an insult to the people of the United States themselves, and a categorical refutation of the so-called "war on terrorism" declared by the government of President George W. Bush. The U.S. government had only to certify Luis Posada Carriles as a terrorist to prevent his release and, in line with Section 412 of the U.S. Patriot Act, to acknowledge that his release would "threaten the national security of the United States or the safety of the community or any person." The U.S. government could also have implemented the regulations enabling Immigration and Customs Enforcement to detain a foreigner who is not admissible to U.S. territory and subject to deportation. For that, it would have sufficed for U.S. authorities to have determined that Posada Carriles is a threat to the community, or that releasing him would involve a flight risk on his part. Why did the U.S. government allow the terrorist to enter U.S. territory with impunity, despite the warnings sounded by President Fidel Castro? Why did the U.S. government protect him during the months he remained illegally in its territory? Why, having all the elements to do otherwise, did it limit itself this past January 11 to charging him with lesser crimes, essentially immigration-related, and not with what he actually is: a murderer? Why is he being released, when Judge Kathleen Cardone herself, in her April 6 ruling ordering the release of the terrorist, admitted that he was accused of "...having been involved in, or associated with, some of the most infamous events" of the 20th century? Some of the events include "the Bay of Pigs invasion, the Iran-Contra affair, the 1976 bombing of Cubana Flight 455, the tourist bombings of 1997 in Havana, and even — according to some conspiracy theorists — the assassination of President John F. Kennedy." Why is the U.S. Homeland Security Department’s Immigration and Customs Enforcement agency not using the mechanisms it has at its disposal for maintaining the terrorist in prison, with the irrefutable argument, already used by the U.S. Attorney General’s office on a date as recent as this past March 19, that if he were released, there is a risk that he could flee? Why has the U.S. government ignored the extradition application submitted, in line with all relevant requirements, by the Bolivarian Republic of Venezuela? How is it possible that today, the most notorious terrorist who has ever existed in this hemisphere is being released while five Cuban men remain in cruel imprisonment for the sole crime of fighting terrorism? For Cuba, the answer is clear. The terrorist’s release has been organized by the White House as compensation so that Posada Carriles will not divulge what he knows, so that he won’t talk about the countless secrets he holds in relation to his long career as an agent of the U.S. special services, in which he acted as part of Operation Condor, and in the dirty war against Cuba, Nicaragua and other nations in the world. The full responsibility for the terrorist’s release and the consequences deriving from it, fall directly on the United States government, and most particularly on the president of that country. Even now, after his release, the U.S. government has all the information and legal mechanisms to re-arrest him. All that is lacking is the political will to seriously combat terrorism, and to recall that, according to President Bush, "if you harbor a terrorist, if you support a terrorist, if you feed a terrorist, you will be as guilty as the terrorists." Havana, April 19, 2007
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Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba
20 de abril de 2007 Cuba condena la desvergonzada decisión de poner en libertad al terrorista Luis Posada Carriles y señala al gobierno de los Estados Unidos como el único responsable de este acto cruel e infame que busca comprar el silencio del terrorista sobre sus crímenes al servicio de la CIA, especialmente en la época en que Bush padre fue su Director General. Con esta decisión, el gobierno norteamericano ha ignorado el clamor levantado en todo el mundo, incluso dentro del territorio de los Estados Unidos, contra la impunidad y la manipulación política que este acto entraña. Esta decisión es un insulto al pueblo cubano y a los pueblos que perdieron a 73 de sus hijos en el abominable atentado de 1976 con el derribo, frente a las costas de Barbados, de un avión civil de Cubana de Aviación. Esta decisión es un insulto al propio pueblo de los Estados Unidos, y es un rotundo mentís a la supuesta "guerra contra el terrorismo" declarada por el gobierno del Presidente George W. Bush. Al gobierno de los Estados Unidos le habría bastado con certificar el carácter terrorista de Luis Posada Carriles para impedir su liberación, y de conformidad con la Sección 412 de la Ley Patriota de los Estados Unidos, haber reconocido que "su liberación amenaza la seguridad nacional de los Estados Unidos o la seguridad de la comunidad o de cualquier persona". El gobierno de los Estados Unidos también habría podido aplicar las regulaciones que le permiten al Servicio de Inmigración y Aduanas retener a un extranjero no admisible en el territorio norteamericano y sujeto a la deportación. Para ello habría bastado que las autoridades norteamericanas hubiesen determinado que Posada Carriles es un riesgo para la comunidad o que liberarlo entrañaría el riesgo de que se fugara. ¿Por qué el gobierno de los Estados Unidos permitió que el terrorista ingresara impunemente en el territorio norteamericano a pesar de los llamados de alerta formulados por el Presidente Fidel Castro? ¿Por qué el gobierno norteamericano lo protegió durante los meses que permaneció ilegalmente en su territorio? ¿Por qué, teniendo todos los elementos para ello, se limitó, el pasado 11 de enero, a acusarlo de delitos de menor cuantía, de carácter eminentemente migratorio y no de lo que realmente es: un asesino? ¿Por qué se le libera, cuando la propia Jueza Kathleen Cardone, en su dictamen del día 6 de abril que ordenó la excarcelación del terrorista reconoció que se le acusa "¼ de haber estado involucrado en, o de estar asociado con algunos de los hechos más infames del Siglo Veinte (¼ )? Algunos de estos hechos incluyen la invasión de la Bahía de Cochinos, el escándalo Irán-Contras, el derribo del vuelo 455 de Cubana de Aviación, las bombas de 1997 en centros turísticos de La Habana y, según algunos teóricos de la conspiración, en el asesinato del Presidente John F. Kennedy". ¿Por qué ahora el Servicio de Inmigración y Aduanas del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos no utiliza los mecanismos que tiene a su disposición para mantener en prisión al terrorista, con el indudable argumento, ya utilizado por la Fiscalía General de los Estados Unidos en fecha tan cercana como el pasado 19 de marzo de que, de ser liberado, se corre el riesgo de que se fugue? ¿Por qué el gobierno de los Estados Unidos ha hecho caso omiso de la solicitud de extradición presentada, con todos los requisitos de rigor, por el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela? ¿Cómo es posible que se libere hoy al más notorio terrorista que jamás ha existido en este hemisferio y permanezcan en cruel prisión cinco jóvenes cubanos cuyo único delito ha sido el de luchar contra el terrorismo? Para Cuba, la respuesta es clara. La liberación del terrorista ha sido gestada por la Casa Blanca como compensación para que Posada Carriles no divulgue lo que sabe, para que no hable de los innumerables secretos que guarda sobre su prolongado periodo como agente de los servicios especiales norteamericanos, en que actuó en la Operación Cóndor, y en la guerra sucia contra Cuba, contra Nicaragua y contra otros pueblos del mundo. La plena responsabilidad por la liberación del terrorista y por las consecuencias que de ella deriven, recae directamente sobre el gobierno de los Estados Unidos y, muy particularmente, sobre el Presidente de ese país. Incluso ahora, después de su liberación, el gobierno de los Estados Unidos tiene toda la información y los mecanismos legales para volverlo a arrestar. Falta solo tener la voluntad política para luchar en serio contra el terrorismo y recordar que, según el Presidente Bush, "¼ si usted da refugio a un terrorista, si apoya a un terrorista, si alimenta a un terrorista, usted será tan culpable como los terroristas". La Habana, 19 de abril del 2007
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