En Caracas, Posada mantuvo constantes contactos con la embajada de EE.UU.
por Jean-Guy Allard
19 de diciembre de 2008
Reimprimado de Granma Internacional
En Caracas, donde lo ubicó la CIA a partir de 1967 para liquidar por todos los medios a movimientos de izquierda como jefe de operaciones de la policía secreta, Luis Posada Carriles mantenía contactos constantes con la Embajada de Estados Unidos, reconoce décadas después unos de los agentes de la Agencia Central de Inteligencia que más participó en acciones contra Cuba.
El cubanoamericano Antonio Veciana fundó el grupo terrorista Alpha 66 bajo órdenes de la CIA y estuvo involucrado en varios intentos de asesinato contra el presidente cubano Fidel Castro.
En una entrevista que acaba de conceder al investigador neerlandés Wim Dankbaar, quien se dedica al tema del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, Veciana confirma este lazo permanente con la Embajada que la CIA siempre intento negar.
"Yo hablé con él varias veces en Caracas", dice Veciana cuyas declaraciones grabadas en video están accesibles en el sitio web neerlandes www.jfkmurdersolved.com
"Era un hombre con mucha fuerza, con mucho poder y decidido a hacer muchas cosas", explica acerca del viejo asesino. Y añade: "Había muchos contactos entre él y la embajada norteamericana".
En los años 70, Posada creó, por cuenta de sus jefes de la inteligencia norteamericana, la agencia de detective desde la cual se ordenó la destrucción de un avión civil cubano.
La CIA no solo se negó siempre a reconocer este nivel de relaciones entre Posada y la Embajada de Caracas sino que intentó demostrar, incluso al desclasificar documentos engañosos, que había dejado de colaborar muchos antes del crimen.
El 21 de junio último, Veciana confesaba abiertamente a las ondas de una radio de Miami lo que las autoridades denunciaban desde siempre: que la CIA enviaba a sus agentes cubanos bombas destinadas a provocar incendios en tiendas y cines, ya en los primeros años de Revolución.
"Teníamos equipos que llegaban a la capital, especialmente, pero a otras provincias también, donde la CIA enviaba armas, explosivos y petacas incendiarias", reveló, precisando que "eran muy fáciles de utilizar porque, de acuerdo al color que tenía la cinta, era el tiempo que demoraba en explotar".
En la investigación de la Cámara de Representantes sobre el asesinato de John F. Kennedy, Veciana contó cómo conoció a Lee Harvey Oswald, antes del magnicidio, por intermedio de su controlador de la CIA, Maurice Bishop.
Esta vez, Veciana reconoce explícitamente que Maurice Bishop era en realidad David Attlee Phillips, quien fue luego jefe de la División del Hemisferio occidental de la CIA.
Posada Carriles fue condenado en Venezuela por la voladura del avión civil en el que viajaba un grupo de jóvenes deportistas cubanos, pero se fugó de una cárcel de Caracas con la complicidad de la CIA, que lo ubicó entonces en El Salvador donde traficó drogas contra armas a favor de la Contra nicaragüense.
El viejo asesino torturó y desapareció a jóvenes rebeldes durante años en Venezuela bajo el seudónimo de Comisario Basilio. Vive hoy en Miami bajo la protección de la Administración Bush. |