|
English not yet available |
En el Diario La Prensa de Nueva York, carta de Navidad para Ivette, hija de uno de los Cinco Desde 1998, cuando apenas era una bebé, Ivette no ve a su padre, injustamente prisioneros en cárceles de Estados Unidos, por combatir el terrorismo Reimprimado de Granma Diario Esta carta por Navidad tendrías que leerla cuando seas mayor porque no es justo que una pequeña a tu edad sepa sobre el sufrimiento que los hombres viven tras las rejas. Pero esta noche, mientras todos hablan de paz y amor tu estarás esperando en vano a tu padre, preso en una celda del país más poderoso del planeta y todo por luchar contra el crimen que hoy se persigue más, el terrorismo Ya se querida Ivette que tu no tienes ni idea del calor de un abrazo o la ternura de un beso de padre en tu frente, porque desde que lo apresaron en Miami en 1998, eras apenas una bebé de dos años, no le han permitido a tu papá que su niña lo visite. Tu madre tampoco lo ha visto más o menos desde entonces. La soledad y la tristeza de tu madre cuando me contaba el drama que vive su familia y la de los otros cinco cubanos, cala el alma. Pese al rechazo de organismos mundiales, tanto de derechos humanos instituciones jurídicas, Naciones Unidas y prominentes juristas el caso de René González, Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández y Ramón Labañino, que fueron condenados juntos a cuatro cadenas perpetuas por haberse infiltrado, a riesgo de sus vidas, en grupos terroristas para evitar más sangre en su país, se ha convertido en una aberración jurídica digna de regímenes totalitarios. Relataba tu madre que esos grupos criminales de origen cubano eran responsables de numerosos atentados violentos que costaron la vida a numerosos inocentes. Desde 1959, el terrorismo contra el pueblo cubano produjo 3,478 muertos y ha dejado lisiadas permanentemente a 2,099 personas, según las cifras oficiales. Por denuncias de los abogados se sabe que los cinco cubanos, separados en diferentes cárceles de EE.UU para evitar visitas consulares, viven una serie de vejaciones como ailslamientos sin ningún contacto con otros detenidos o sus guardias Esta noche debes estar durmiendo en casa con tu madre y tus familiares en la isla, pero no quiero dejar de contarte que a pesar de tu infortunio otros pequeños la están pasando terriblemente aquí, esta Navidad. Son 300 niños hispanos y están presos junto con sus padres en una especie de campos de concentración, por el único delito de haber venido huyendo de la pobreza en sus países. Ninguno es cubano. Una madre de esos niños, cuenta en su carta que todos allí deben usar solamente el uniforme carcelario llevando en el pecho su nombre y número, incluyendo los infantes. Estas instituciones "T. Don Hutto Residential Center" ubicadas en Taylor Texas y la otra en Pensilvania, están bajo control de la "Corrections Corporation of America", y según sus normas, los niños tienen solamente una hora de educación, y otra media de recreación dentro del edificio. De acuerdo a los abogados, esos pequeños están perdiendo peso y sufren dolores de cabeza, tipo migraña ya que no entienden por qué están encerrados. Lo irónico de esta monstruosidad, de los campos de concentración para inmigrantes, es que fue ideada justo por otros inmigrantes, uno es el actual secretario de la Seguridad Doméstica Michael Chertoff, hijo de un rabino cuyos abuelos escaparon de la persecución en tiempos de la Rusia zarista, y el otro es Viet Dinh de origen vietnamita hijo de refugiados, fue mano derecha del Secretario de Justicia John Ashcroft. Lo terrible de es que planifican construir más de estos campos, bajo el pretexto de ‘no separar las familias’. Dicen que la Halliburton ganará millones de dólares con este negocio, teniendo en cuenta los 11 millones de indocumentados que hay en el país, sin contar los que siguen llegando. Estados Unidos tiene encerradas en sus diferentes cárceles, en probatoria, o libertad condicional a 7 millones de personas, no hay otro país en el mundo que tenga tantos prisioneros, eso sin incluir a los miles de detenidos en Iraq y Afganistán. En el año 2000 eran solo 2 millones pero después del ataque a las Torres Gemelas la cifra creció como espuma. Ivette, en medio de esta oscuridad estate segura que América Latina y el mundo están despertando y por la lógica llegará el momento que los hombres se sacudirán de la barbarie. Ojala que sea pronto. |
|