NATIONAL COMMITTEE TO FREE THE CUBAN FIVE
Comité Nacional por la Libertad de los Cinco Cubanos

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Please, Read the Transcripts!

by Ricardo Alarcón de Quesada
Feb. 23, 2010
Reprinted from La Jornada
Translation by Antiterroristas.cu

HAVANA — The exclamation that I used to entitle this article was raised by an eminent jurist when, in his time, he tried to do Sacco and Vanzzetti justice. And it is relevant now regarding the Five Cubans imprisoned in the United States for fighting against terrorism.

Because Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando and René, who are suffering cruel and unjust prison sentences for more than 11 years, are in one word, innocent. This is known by those who have looked for the truth in the official site of the United States government (US Department of Justice, US District Court of Southern Florida, United States vs. Gerardo Hernandez et al).

They were kidnapped, confined in solitary during 17 months, at the same time that the kidnapping of Elián González was taking place, a case that the entire world knew well about because the media was tirelessly reporting on it day and night. But very few people knew about the kidnapping of the other five Cubans.

So, it was easy for the government to deny the detainees an impartial trial in another venue and to impose them to stand trial precisely in Miami, in an environment of illegality and violence that gave universal notoriety to that city.

On top of that, the reason why the Cuban Five were arrested was because of their efforts to discover plans against Cuba by these same terrorist groups accustomed to kill and to threaten people also in Miami. Complying with that risky and difficult mission required of our compatriots to ignore some norms and legal dispositions. They could not inform the US authorities what they were doing simply because these authorities have always been accomplices of the terrorists. The trial in Miami is the best proof of that.

From the preparatory stage of the trial the prosecutors openly recognized it: "The fight against terrorism is the motivation of the accused and motivation should not be aired in front of the jury" (Official documents, US District Attorney Motion in Limine, 2000). When the trial started, the prosecutors returned to the fray: "The court is strongly advised that witnesses exercise their right to base on the Fifth Amendment so that terrorist activities against Cuba are not made public." (Official documents from the trial, District attorney Motion, March 20, 2001).

On her part, the judge agreed: "The terrorist acts by others cannot excuse the wrongful and illegal conduct of this defendant or any other" (Joan Lenard, Transcripts of the Trial, December 14, 2001).

The government asked for the most outrageous sentences – 4 lives plus 77 years as a whole – but insisted that that punishment was not enough. It was necessary according to the prosecutors, to make sure that none of the Five could conduct any future action against terrorist groups.

The judge agreed adding this unusual sentence: "As a further special condition of supervised release the defendant is prohibited from associating with or visiting specific places where individuals or groups such as terrorists are known to be or frequent." (Lenard ibidem).

Those who read the pages of the infamous process against them in Miami will discover immediately that the Cuban Five are fighters against terrorism, truly heroes, who have sacrificed their lives to save the lives of their people. Those who read these pages will also realize that the United States government is to blame for promoting terrorism against Cuba, and also for defending and protecting terrorists.

This is the great truth that the US government has strived to hidden. And without a doubt they have been successful. Its enormous media machinery - the "disciplined media" according to Chomsky— has taken it upon itself to impose the silence and misinformation.

People in the United States and in many other places are prevented for knowing the truth. What would happen if they could read what really happened in Miami?

Ricardo Alarcón is President of the Cuban National Assembly of the People’s Power.

 

     
¡Por favor, lean las actas!

por Ricardo Alarcón de Quesada
23 de febrero de 2010
Tomado de La Jornada (Mexico)

LA HABANA — La exclamación con que titulo este artículo la empleó un eminente jurista cuando en su tiempo trató de hacer justicia a Sacco y Vanzzetti. Ella tiene plena vigencia ahora respecto de los Cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo.

Porque Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, que sufren ya más de 11 años de cruel e injusta prisión, son, en una palabra, inocentes. Lo saben quienes han buscado la verdad en el sitio oficial del gobierno de Estados Unidos (US Goverment Department of Justice, US District Court of Southern Florida, United States versus Gerardo Hernandez et al).

Ellos estaban secuestrados, incomunicados en celdas de castigo durante 17 meses, cuando se produjo el secuestro de Elián González que todo el mundo conoció porque los medios lo reportaron día y noche sin cansancio. Pero pocos sabían de los otros cinco secuestrados.

Fue así como resultó fácil al gobierno negar a los detenidos un juicio imparcial en otro lugar e imponer su celebración precisamente en Miami, en un ambiente de ilegalidad y violencia que le dio notoriedad universal a esa ciudad.

Para colmo, la causa por la que los Cinco ha-bían sido detenidos era su esfuerzo para descubrir los planes contra Cuba de esos mismos grupos terroristas acostumbrados a matar y amenazar también en Miami. Cumplir esa delicada y riesgosa misión obligaba a nuestros compatriotas a transgredir o ignorar algunas normas y disposiciones legales. No podían informar a las autoridades estadunidenses lo que hacían por la sencilla razón de que esas autoridades han sido siempre cómplices de los terroristas. El juicio de Miami es la mejor prueba.

Desde su etapa preparatoria, la Fiscalía lo reconoció con todas las letras: "La lucha contra el terrorismo es la motivación de los acusados y las motivaciones no se deben ventilar ante el jurado" (Documentos oficiales, Moción in Límite de la Fiscalía, 2000). Al comenzar el juicio los acusadores volvieron a la carga: "Se exhorta a la Corte a ejercer por los testigos el derecho a acogerse a la quinta enmienda, a fin de que no se ventilen las actividades de terrorismo contra Cuba" (Documentos oficiales, Moción de la Fiscalía, 20 de marzo 2001).

La jueza, por su parte, asintió: "Los actos terroristas por otros no pueden excusar la conducta equivocada e ilegal de este acusado o de cualquier otro" (Joan Lenard, Acta del 14 de diciembre de 2001).

El gobierno reclamó las sentencias más exageradas –en conjunto cuatro cadenas perpetuas más 77 años de prisión–, pero insistió en que ese castigo no era suficiente. Era necesario, según la Fiscalía, asegurar que ninguno de los Cinco pudiera volver a intentar en el futuro cualquier acción contra los grupos terroristas. La jueza accedió agregando esta insólita condena: "Como una condición especial adicional a la libertad supervisada se le prohíbe al acusado acercarse a, o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas" (Lenard ibidem).

Quien se asome a las páginas del infame proceso seguido contra ellos en Miami descubrirá de inmediato que los Cinco cubanos son luchadores contra el terrorismo, verdaderos héroes que sacrificaron sus vidas por salvar las de su pueblo. Quien lo haga comprobará también que el gobierno de Estados Unidos es culpable por promover el terrorismo contra Cuba y por defender y proteger a los terroristas.

Ésa es la gran verdad que el gobierno de Estados Unidos se ha empeñado en ocultar. Es indudable que ha tenido éxito. Su enorme aparato mediático –los "disciplinados" medios, al decir de Chomsky– se han encargado de imponer el silencio y la desinformación.

A los estadunidenses y a muchos otros se les impide conocer la verdad. ¿Qué pasaría si ellos pudieran leer lo que pasó en Miami?

Ricardo Alarcón es Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba

 

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