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US and the Cuban Five: Where There’s a Will, There’s a Way
by Roberto Perez Betancourt The US President can end, whenever he wants, the unjust punishment inflicted on five Cuban antiterrorist fighters for the last ten years. That statement was recently made by the President of the Cuban parliament Why should he do that? In the first place because Obama promised to exercise a policy of change regarding the misconduct that characterized the W. Bush administration, and the injustice against Antonio Guerrero, Fernando Gonzalez, Gerardo Hernandez, Ramon Labañino and Rene Gonzalez is proof of that policy. In addition, because there is documented proof, and testimonies, already in the public domain, that the federal prosecutor following orders, falsified information, lied, hid evidence, discriminated and denied the defence access to the evidence, and for ten years has manoeuvred with legal chicanery to stop the truth from being known. There is also no evidence on the charges of the “spying,” of which the Also, because the double standards of the US government regarding terrorism rebound when two real spies allied to the Israeli government are released and self confessed assassins are walking the streets in Miami, while at the same time it is trying to stop the Supreme Court from reviewing the case of the five Cuban political prisoners. The attitude sustained by the current administration falls into the category of corruption, signifying either the malicious non compliance or culpable ignorance of the function of public officials. It is also the miscarriage of justice by a judge or magistrate, recalled Alarcon. The US Supreme Court is expected to make an announcement later this month For its analysis, the high court has the main reasons put forward by the attorneys, in addition to the twelve Amicus Curiae (Friends of the court) signed by ten Nobel Prize winners, prestigious international jurists and parliamentarians of the world. They also have the manipulated evidence of the district attorney’s office and the response of the defence. In this context, whether there was malevolence, and with it the sacrifice of justice, it must now give way to change in favour of the truth. The US executive has the legal capacity to decide how to balance the scales of justice, knowing that where there’s a will, there’s a way.
| EE.UU. y Los Cinco: Querer es poder
por Roberto Perez Betancourt El presidente de Estados Unidos puede terminar cuando quiera el injusto castigo que desde hace más de 10 años el gobierno de ese país inflige a cinco antiterroristas cubanos. Esta observación fue hecha recientemente por Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano. Se trata de una realidad inocultable: si el mandatario estadounidense quiere, puede ordenar la liberación de los cubanos y acabar con la injusticia premeditada de sus antecesores en la Casa Blanca. ¿Por qué debería hacerlo? En primer lugar porque Obama prometió ejercitar una política de cambios respecto de la mala conducta que caracterizó la ejecutoria de W. Bush en el poder ejecutivo, y la pertinaz injusticia contra Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González es prueba inequívoca de ello. Además, porque existen pruebas documentales y testimoniales, de dominio público, de que la Fiscalía federal, por encargo superior, falseó datos, mintió, ocultó pruebas, discriminó y negó a los defensores el acceso a evidencias, y durante 10 años ha maniobrado con argucias leguleyas para impedir que la verdad aflore. También porque no existe evidencia alguna sobre la imputación de "espías" con que se trata de tildar a los cubanos, y son claras las contradicciones entre el actuar de los fiscales y jueces. Adicionalmente, porque la doble moral del gobierno de EE.UU. respecto del terrorismo rebrota cuando pone en libertad a dos verdaderos espías de su aliado gobierno de Israel, y mantiene en libertad a connotados asesinos en Miami, al tiempo que trata de impedir que la Corte Suprema reanalice el caso de Los Cinco. La actitud sostenida por la actual administración incurre en prevaricación, lo cual significa el incumplimiento malicioso o por ignorancia culpable de las funciones públicas que se desempeñan. También es injusticia dolosa o culposa de un juez o magistrados, recuerda Alarcón. Se espera que la Corte Suprema de EE.UU. se pronuncie a mediados de junio sobre su decisión de atender o no la revisión del caso de Los Cinco. Para su análisis disponen los altos magistrados de las fundamentadas razones expuestas por los abogados, además de 12 Amicus Curiae signados por 10 premios Nobel, prestigiosos juristas internacionales y parlamentarios del mundo. Tienen también los amañados descargos de la Fiscalía y el razonamiento de réplica de la defensa. En este contexto en torno a si prevalece la mala intención, y con ella el sacrificio de la justicia, se debe dar el paso al cambio en pos de la verdad. El Ejecutivo estadounidense posee la capacidad legal de decidir hacia dónde inclinar la balanza con la certeza de que querer, es poder.
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