June 8, 2007
Reprinted from Daily Granma

Exactly six years ago, on June 8, 2001, horrifically false accusations were made in a Miami court that would end in the sentencing of five Cubans for defending their country against terrorist attacks.

To the satisfaction of anti-Cuban groups in Florida, the Cuban Five were sentenced to excessive terms even though no witnesses or proof of the charges levied against them were presented.

Gerardo Hernandez was condemned to 2 terms of life imprisonment, plus 15 years; Ramon Labanino, life imprisonment plus 18 years; Fernando Gonzalez, 19 years in jail; Rene Gonzalez, 15 years; and Antonio Guerrero, life imprisonment, plus 10 years.

On that day, all the hate and power of those who for more than four decades had been trying to destroy the Cuban Revolution was unleashed against those who risked their life daily to discover and report on organized terrorist projects being planed against Cuba from within the United States

On June 8, 2006, the Cuban Five were declared guilty of horribly false accusations, in spite of having provided the FBI with massive volumes of information and accusations.

The Cuban Five presented the FBI with 230 pages, five videocassettes with conversations and information, and eight audio cassettes of telephone calls between terrorists detained in Cuba and their leaders in the US.

However, presented with all this proof, the FBI responded by detaining the same men who had given it to them. On September 12, 1998, Rene, Fernando, Ramon, Gerardo and Antonio were arrested and subjected to an unethical and manipulated process that included solitary confinement.

The Cuban Five became the target of a campaign that presented them as agents who conspired against the security of the United States, when in fact they alerted that nation about terrorist attacks and plans.

The political overtones of the case right from its beginning led the federal prosecutor to punish the five men with the same hate and ill will as the extremists from Miami have had towards Cuba for years.

8 de junio de 2007
Reimprimado de Prensa Latina

La Habana, 8 jun (PL) Infames y falsas imputaciones llevaron un día como hoy, pero de 2001, a un tribunal de la ciudad estadounidense de Miami a condenar a cinco cubanos por defender a su país de acciones terroristas.

Con la complacencia y satisfacción de los grupos anticubanos radicados en la Florida, los Cinco fueron sancionados a excesivas penas sin testigos ni pruebas de los cargos que se les imputaron.

Gerardo Hernández fue condenado a dos condenas de prisión perpetua, más 15 años; Ramón Labañino, a una cadena perpetua más 18 años; Fernando González, a 19 años de cárcel; René González, a 15 años, y Antonio Guerrero, a cadena perpetua, más 10 años.

Contra quienes arriesgaban diariamente su vida para descubrir e informar los planes terroristas organizados desde Estados Unidos, se vertió todo el odio y la potencia de quienes por más de cuatro décadas intentan destruir a la Revolución cubana.

Aquel 8 de junio los Cinco fueron declarados culpables de infames y falsas imputaciones, a pesar de que un año antes las autoridades de la Seguridad del Estado cubano entregaron al Buró Federal de Investigaciones un abultado volumen de informaciones y denuncias.

Tal institución recibió entonces 230 páginas, cinco videocasetes con conversaciones e informaciones y ocho casetes de audio, ascendentes a dos horas y 40 minutos, sobre llamadas telefónicas de terroristas ya detenidos en el país con sus mentores.

Pero ante las pruebas la respuesta fue detener a René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio el 12 de septiembre de 1998, para someterlos a un tortuoso y mañoso proceso, que incluyó total incomunicación.

Los cinco se convirtieron en blancos de una campaña que los presentó como agentes que atentaban contra la seguridad de Estados Unidos, cuando en realidad alertaban a esa nación y a la propia de atentados y planes terroristas.

Así, 20 días después de las sentencias Cuba divulga por primera vez toda la verdad, después de casi tres años de anonimato, dada la índole de la heroica misión de los Cinco.

Sólo entonces se desenmascaró y denunció la impúdica actuación de las autoridades policiales y judiciales de Miami, que hoy todavía mantienen en injusta prisión a los inculpados, luego de varias apelaciones e intentos legales para lograr su libertad.

El viso político que acompaña al caso desde sus inicios llevó a la Fiscalía a sancionar a los cinco con el mismo odio y animadversión que los extremistas de Miami han mirado por años a Cuba.