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En Miami otra valla por los Cinco

por Andrés Gómez, director de Areítodigital
12 de abril de 2012

Miami.- Vuelve a hacerse realidad otro jonrón con las bases llenas, como calificara un estimado compatriota que reside en París, el logro de las organizaciones de la emigración cubana que integran la Alianza Martiana y de Radio Miami, que después de muchas peripecias y descorazonadas, consiguieron por vez segunda poner otra valla que exige la libertad de nuestros Cinco hermanos: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, en el corazón mismo de Miami.

Esta vez el letrero que exige la libertad de nuestros hermanos que se puso el martes 10 de abril estuvo puesto 31 horas en una valla que está situada en la Avenida 17 y la Primera Calle del Southwest, en el centro de la llamada Pequeña Habana antes que las fuerzas del despotismo que rigen Miami lograran nuevamente que la amenazada compañía dueña de la valla fuera forzada a romper el contrato y quitar el justo letrero de la valla.

Fue el martes 11 de enero de 2011 cuando logramos poner la primera valla reclamando la libertad de los Cinco en esta inverosímil ciudad. Aquel letrero duró puesto 24 horas antes que esas mismas fuerzas lograran hacer quitar aquella valla.

Quizás la razón por lo que esta vez el letrero en la valla duró puesto unas horas más sea que estas mismas fuerzas estaban entretenidas envueltas en el inaudito ejercicio de intolerancia y vituperio en contra de Oswaldo Guillén, manager de los Marlins, el equipo de beisból de Miami, que tuvo lugar en Miami el mismo día que se puso la valla quien tuvo que sufrir una humillante conferencia de prensa en la que se pasó una hora ante la prensa de esta ciudad pidiendo llorosamente perdón por haber declarado en una recién publicada entrevista en la revista Time que, “Amo a Fidel Castro [I love Fidel Castro]. (…) Yo respeto a Fidel Castro. ¿Saben por qué? Mucha gente ha tratado de matar a Fidel Castro durante los últimos 60 años, pero ese hijo de puta [son of a bitch] todavía está ahí”. Sólo eso.

Guillén tuvo que moralmente arrodillarse y arrastrarse ante esa gente para poder conservar su puesto como manager y su contrato de cuatro años por diez millones de dólares. Los Marlins lo suspendieron por cinco juegos y donaron los cien mil dólares que hubiera ganado dirigiendo al equipo durante esos cinco juegos a las organizaciones de la extrema derecha cubanoamericanas que exigen su cabeza, que aquí en Miami la prensa de esta ciudad las califica nada menos que de “pro democracia”.

Tan atareadas en esa rastrera tarea estaban esa gente que los pocos que eran pasaron en sus carros con sus banderas y carteles para guillotinar a Guillén en el nuevo estadio de beisból que no vieron como instalaban el cartel exigiendo la libertad de los Cinco delante de ellos en la valla que se encuentra a sólo tres cuadras del estadio.

¿Hasta cuándo duraran estos actos de salvajismo e intolerancia en Miami? ¿Hasta cuando una ínfima minoría podrá dictar e imponer de porque sí, amenazando con la violencia, sus absurdos criterios a toda una comunidad de más de dos millones de personas? ¿No es hora ya que surja un movimiento cívico de peso que exija que se garantice en esta ciudad el libre ejercicio democrático, al menos como se practica en el resto de este país, lo cual por innumerables años nosotros hemos venido exigiendo y reclamando?

Mientras eso no pase, nosotros los que nos oponemos a las ideas, los métodos y los objetivos de los terroristas y de sus aliados en la política y en la prensa en esta ciudad seguiremos laborando bajo estas terribles circunstancias, como lo hemos hecho por los últimos 35 años.

Entre estas ineludibles tareas está la de mantener la lucha para obtener la libertad de los Cinco. Esta segunda valla lo vuelve a demostrar. Nuestro compromiso con la libertad de los Cinco se enmarca en un movimiento nacional y mundial que lucha incansablemente por obtener su libertad. Precisamente dentro de una semana comienza una extraordinaria jornada, auspiciada por el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco, en la ciudad de Washington titulada Cinco Días por los Cinco, que incluye conferencias, exposiciones de dibujos, proyecciones de filmes y documentales y visitas de cabildeo ante congresistas y senadores entre otras.

El esfuerzo de esta valla en Miami complementa a ese otro esfuerzo a tener lugar en Washington.

Por nuestra parte no cejaremos hasta ver a los Cinco enteramente libres.

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