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"The Only Solution is the Immediate Release of the Cuban Five" Remarks by William Norris, Ramón Labañino's Lawyer by Deisy Francis Mexidor Following the verdict of the South Florida Federal Court, William Norris announced that "even though it is not what we really wanted," we are kind of satisfied with the sentence reduction of Ramon Labanino Salazar, one of the five Cuban antiterrorists held in US jails for 11 years now. Norris, who is Labanino’s lawyer and part of the Cuban Five’s defence team, talked about Tuesday’s re-sentencing hearing. We consider the new sentence to be a partial outcome "for it will, at least, allow us to set a date for Labanino to be finally released and returned to his family in Cuba. It will also give him the opportunity to serve the rest of his sentence in a penitentiary other than the high security prison he had been sent to" Norris said. "We must keep on working" he continued, "to have the US administration reach a final decision on the case of the Cuban Five; and the only solution for us is that they be released." Norris also underscored that Labanino’s new sentence of 30 years, which modified the previous life term plus 18 years he had been given, is still "an extremely severe punishment." Meanwhile, he said he was certain that the defence team would direct future efforts into resolving the case of Gerardo Hernandez Nordelo, who is serving two life terms plus fifteen years, "because that is the biggest injustice of all." On his experiences of the Cuban Five case, Norris said it had been something extraordinary. "I told the judge at the outset of the prosecution, Ramon Labanino was one of the finest and smartest Cubans I had ever met", and added "It is hard for me to see him being treated like a criminal, when he is such an extraordinary man." Listening to Norris brought Ramon’s image to my mind, that of a man of incredibly high stature, who answered every question ever made by Joan Lenard with the utmost steadfastness; standing in the middle of a cloistered room into which, neither he nor his comrades should ever have walked.
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"La única solución al caso de los Cinco es que sean liberados" Valoraciones de William Norris, abogado de Ramón Por Deisy Francis Mexidor Al salir de la Corte, William Norris dijo que "aunque no es lo que deseamos", estamos algo satisfechos, pues se le redujo la sentencia a Ramón Labañino Salazar, uno de los cinco Héroes cubanos que permanecen en injusta prisión en cárceles de Estados Unidos hace ya más de 11 años. Integrante del equipo legal de los Cinco antiterroristas y representante de Ramón, Norris accedió a una breve valoración acerca de la audiencia de resentencia efectuada aquí el pasado martes. Señaló que esta nueva sentencia constituye un resultado parcial en el caso, "porque nos permite ahora establecer, al menos, una fecha fija en la cual ya Ramón podrá obtener su libertad y regresar al seno de su familia en Cuba, pero también le posibilitará terminar de cumplir su condena en una categoría de prisión que no sea de máxima seguridad". Sin embargo, refiere el jurista que "debemos continuar trabajando" para lograr que el gobierno estadounidense dé una solución definitiva a la causa de los Cinco, y la única solución es que sean liberados. Particularmente enfatizó que los 30 años (la condena aplicada a Labañino Salazar en sustitución de la cadena perpetua más 18 años), "sigue siendo una pena excesiva". Mientras, expresó su seguridad en que el equipo de la Defensa enfocará sus próximos esfuerzos en Gerardo Hernández Nordelo (dos perpetuas y 15 años) "porque es la mayor injusticia en todo este caso". Preguntado sobre sus experiencias a lo largo de todo el proceso de los Cinco, Norris afirmó que ha sido algo extraordinario. "Le dije a la Jueza desde el inicio del proceso que Ramón Labañino es de lo mejor y más inteligente que ha producido Cuba", y acotó: "Me duele que sea tratado como un criminal, cuando es un hombre excepcional". Al escuchar al abogado vuelve su imagen a mi mente: la de su estatura inmensa y la firmeza en las respuestas a cada una de las preguntas que le hiciera Joan Lenard en medio del hermetismo de una sala a la que jamás debieron ser llevados ni él ni sus compañeros.
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