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A View from Atlanta: Deconstructing the Illusion of «Espionage» by Rodolfo Davalos The allegation of «Conspiracy to gather and to transmit information on National Defense»is the technical charge, according to US criminal law (18USC & 794), commonly called «Conspiracy to commit espionage.»It is without doubt the central topic of the legal process against five Cuban prisoners wrongly held in the United States. One should recall that the Miami press once called theirs «the spy trial,»a description that used on other occasions in El Nuevo Herald during the trial itself. For that crime, three of the men were each unjustly sentenced to life imprisonment. What is necessary is to rebut those accusations, to demonstrate the lack of evidence about the charges and reveal the innocence of the accused. This will be central task of the defense lawyers this coming August 20 before the three-judge panel in charge of hearing appeals presented to the Eleventh Circuit of Appeals in Atlanta. This issue triggers discussion when one raises the case of the Five before any audience. The accusation of «espionage»(generically speaking) it tends to create concern by anyone who hears that dark and menacing description. Nonetheless, where the true conspiracy against the Five existed was on the part of the government of the United States, which crafted a macabre plan to discredit the accused and to present them as dangerous criminals, as enemies of the American people. When unable to try the men for espionage, they accused them of «conspiring»to commit it, something ethereal, subjective. The presumption of innocence was reversed, since what was alleged by the prosecution was that «they had the intention of appropriating»supposedly «classified information»that never appeared, that has not been seen, that was not presented – nor could be it, which was never the intention. But that name is there in the charges, in the atmosphere that was created by the prosecution in the trial, and that they conveyed to the jury. The result: three sentences for life imprisonment. One time I gave information on the unjust process to a German lawyer. He later spoke with me for several hours about how the crime of espionage is completely differs from what was carried out by the Five. The accusation was manipulated and tendentious, and what was even worse was the information given out by the press in Miami. The experienced and recognized lawyer, a progressive, previously did not have the correct information, yet since then he has never taken his eye off the case. Moreover, he continues to contribute his abilities to the just cause. What is important is to explain what the Five were doing in United States and why. I remember that at the beginning this was a topic on the Cuban news/commentary program «the Round Table.»I was coming home one night after the program and ran into an old friend — a neighbor, a revolutionary above any suspicion. He yelled at me from saying, «Very well, professor, very well.»– yet immediately he came closer and whispered to me about the trial. «But they are spies,»he said. I couldn’t believe it, I froze! If that old revolutionary believed that the Five were spies what would others think? I invited him to come into the house and I explained to him: «There are not spies without espionage. Espionage is a crime, and like all crimes it has to be «codified»in criminal law, that is to say described in the penal code as constituting an illegal action and therefore punishable. The crime of espionage, according to American federal law itself, consists of appropriating, gathering and transmitting information pertaining to National Defense – information that is classified and protected by the State and would cause damage to United States if known by non-authorized parties. What does that have to do that with the actions of the Five, with monitoring terrorist organizations and groups? Were there any classified documents protected by the State or relating to National Defense? This question was asked during the trial to US Army General Edgard Atkenson, the former head of the Office of Intelligence and an instructor at the Intelligence School of the Defense Department. He responded with a categorical «No.» They were not «spying.” With this information, my neighbor ended up convinced that night, as convinced the three judges from Atlanta will end up. If there is justice in Atlanta, this will end the dirty game of allegations of «spies»that has kept the five men in jail for nine years, despite the fact that known anti-Cuba terrorists Luis Posada Carriles «peacefully»walks the streets of Miami. Justice cannot permit a similar infamy. |
Vista en Atlanta: Desmontar el engendro del «espionaje» por Rodolfo Davalos La acusación del supuesto delito «Conspiración para recopilar y trasmitir información de Defensa Nacional», nombre técnico del cargo imputado según la ley penal norteamericana (18USC & 794), comúnmente llamado «Conspiración para cometer espionaje», es, sin dudas, el tema central del proceso seguido contra nuestros cinco patriotas presos injustamente en Estados Unidos. Recuérdese que la prensa miamense le llamó enseguida «el juicio de los espías», calificativo que repitió una y otra vez El Nuevo Herald durante la etapa de celebración del proceso. Por ese delito cumplen injustas condenas de cadena perpetua Gerardo, Ramón y Tony. De ahí que rebatir esa acusación, demostrar la falta de evidencias sobre el cargo imputado y la inocencia de los acusados, es tema central también de los abogados de la defensa para la vista que habrá de celebrarse el próximo día 20 ante el panel de tres jueces encargados de conocer de la apelación presentada en el Onceno Circuito de Apelaciones en Atlanta. Es este un tema que levanta polémica cuando se habla del caso de los Cinco por primera vez aun ante un auditorio amigo. La acusación de «espionaje» (genéricamente hablando) tiende a preocupar a cualquiera que escucha el «tenebroso» calificativo, nombre de otro delito no imputado. Y es ahí donde existió una verdadera conspiración contra los Cinco por parte del Gobierno de Estados Unidos. No se trata de un error técnico en la calificación de uno de los delitos por el que están acusados; no, de lo que se trata es de un macabro plan para desacreditar a los acusados y presentarlos como peligrosos delincuentes, como enemigos de la nación norteamericana. Y es que al no poderlos procesar por espionaje los acusaron de conspirar para cometerlo, algo etéreo, subjetivo, donde se invierte la presunción de inocencia, puesto que lo alegado por la fiscalía es que «tenían la intención de apropiarse» de una supuesta «información clasificada» que nunca apareció, que no se ha visto, que no fue ocupada, ni podía serlo, porque jamás esa fue la intención. Pero el nombre está ahí en la acusación, en el ambiente que creó la fiscalía en el juicio, y que llevó a la mente de los jurados. Su resultado: tres cadenas perpetuas. En cierta ocasión le brindaba información a un abogado alemán sobre el injusto proceso, para sumarlo a la causa. Me llevó varias horas de conversación, de análisis de la descripción de la «tipicidad» del delito de espionaje y su total diferencia con los hechos realizados por los Cinco. Así de manipulada y tendenciosa fue la acusación y peor aún la información que brinda la prensa miamense. Aquel experimentado y culto abogado, de ideas progresistas, no tenía la información correcta. A partir de entonces no ha faltado jamás a una vista del proceso, sumando su verbo y conocimientos a defender la justa causa. De ahí lo importante de explicar qué estaban haciendo los Cinco en Estados Unidos y por qué. Recuerdo que al principio de tratar el tema en la Mesa Redonda, llegaba una noche a la casa luego del programa, y un viejo amigo, vecino de la cuadra, revolucionario, fiel, lejos de cualquier sospecha de liberalismo o «blandenguería», me gritó desde lejos: «Muy bien, profesor, muy bien»... pero inmediatamente se acercó y me susurró al oído: «pero son espías»... ¡No podía creerlo, me quedé en una pieza! Si aquel viejo revolucionario creía que los Cinco eran espías ¿cómo no lo iban a pensar los demás? Le invité a pasar a la casa y le expliqué: No hay espías sin espionaje. El espionaje es un delito, y como todos los delitos tiene que estar «tipificado» en la ley penal, es decir descrito en el tipo penal el hecho que configura la acción ilegal, y, por tanto, punible, sancionada con una pena. El delito de espionaje según la propia ley federal norteamericana, consiste en apropiarse, recopilar y trasmitir información de Defensa Nacional, clasificada, protegida por el Estado, que de conocerse por personas no autorizadas causaría un perjuicio a Estados Unidos. ¿Y qué tiene que ver eso con la actuación de los Cinco, con el monitoreo de organizaciones y grupos terroristas? ¿Hay acaso alguna documentación clasificada, protegida por el Estado, de interés para la Defensa Nacional que les fuera ocupada? Esta pregunta fue hecha durante el juicio al general de división del Ejército de EE.UU. Edgard Atkenson, ex-jefe de la Oficina de Inteligencia e instructor del Colegio de Inteligencia de la Defensa, quien respondió con un categórico «No» Es así que mi vecino salió convencido aquella noche, como convencido saldrán los tres jueces de Atlanta. Si hay justicia en Atlanta, se acabará el juego sucio de los «espías», que mantiene encerrado injustamente a los cinco patriotas desde hace ya 9 años, mientras «tranquilamente» anda suelto en Miami un consumado delincuente y verdadero terrorista. La justicia no puede admitir semejante infamia. |
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